Descargue Carmesí

Descargue Carmesí
Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

Galería de Flickr

Created with flickr badge.

Youtube

viernes, 29 de julio de 2022

Reflectores a lo popular

 Durante ya casi veinte años, uno de los programas de mayor audiencia del canal regional Telecafé, si no el de más, ha sido el Despecho; realizado por Produvisión de Jorge Hoyos. Este programa fue pionero en la emisión de videos musicales del género popular y lo traigo a colación por la lamentable pérdida para la cultura nacional acaecida antes de ayer por el deceso de Darío Gómez, quien fuera protagonista permanente del programa y de quien, como indica su productor, tenían mayor demanda: “Sus primeros videoclips tuvieron cabida en este espacio y su música siempre es la más solicitada por los televidentes.”

 

Entre 2006 y 2012 tuve la maravillosa oportunidad de trabajar en Telecafé, primero como Jefe de Producción y Programación y luego como Gerente General. Allí, me esforcé por acercar el canal a la comunidad, por llevar las unidades móviles a las plazas y hacer protagonistas a los talentos locales. En los recorridos había un común denominador, la gente preguntaba por El Despecho, referenciaban al canal con este programa, los domingos el televisor estaba encendido con la música popular y el volumen a toda potencia. Tanto citadinos como campesinos, en esta región, han convergido en la música popular y de despecho, que es referente general de toda una estética.

 

Darío Gómez reflejó en sus letras y sus interpretaciones la esencia de la gente del común, de sus vivencias íntimas, de sus entornos, pero a su vez las vistió de smoking, como dijo Jhonny Rivera. Así abrió el camino para un grupo, no pequeño, de artistas populares que han querido seguir sus pasos, muchos de ellos como testimonio de los frutos del esfuerzo y la persistencia, muchos con historias de superación que demuestran que es posible pasar de la vida de barrio o de campo a ser parte del sistema de estrellas populares.

 


Lo medios de comunicación y, ahora, las plataformas sociales, juegan un papel fundamental en este arco de transformación del que son protagonistas algunos de los artistas de la música popular. Allí entra El Despecho, Jorge Hoyos entendió la importancia de dirigir los lentes y los reflectores hacia este género, que antes era de nicho, dignificó a sus artistas y les abrió espacios en diferentes plataformas. 


Premios El Despecho. Dario Gómez

 

Con alguna frecuencia les digo a mis estudiantes que El Despecho es uno de los primeros proyectos transmedia de la región, sin proponérselo como tal, Jorge Hoyos tomó la narrativa popular y la expandió a diferentes soportes. Cuenta con un acervo de más de 1200 horas de videos musicales y entrevistas que se han emitido por Telecafé y por RCN internacional. —Un tesoro para la memoria audiovisual del género popular— Se inventó unos premios de ‘alto turmequé’ en los cuales —como debía ser— se homenajeó a Darío Gómez con el galardón de Trayectoria Musical, ha realizado conciertos en múltiples plazas, tuvo una Revista sobre la misma temática y realizó giras internacionales. El epítome de lo transmedial. 

 

Paz en la tumba de Darío Gómez y gracias al Despecho por haber abierto un espacio para esta música que representa parte de la cultura popular.

 

Zapping: Leído en el Twitter de @Paterpau “Parece que el nuevo congreso va a ser Twitter con micrófonos”. Y… sí.

 

Nos vemos en la red (0)

sábado, 23 de julio de 2022

Evolución de los medios

Ayer, en el marco del desfile de independencia en la ciudad de Armenia, se apreció un gran despliegue mediático del evento en las plataformas digitales. Al hacer un desplazamiento por Facebook proliferaban las imágenes transmitidas en vivo y en directo. Me decanté por la transmisión de La Crónica, sobria y  mesurada, la seguí y aprecié de principio a fin.

 

El hecho mediático me hizo reflexionar sobre la evolución de los medios —masivos convencionales y de los digitales alternativos— todos, sin importar su naturaleza -sonoros, audiovisuales, escritos, multimediales— todos, se valen de la imagen en movimiento para complementar, o incluso para jalonar su propia narrativa. 

 

Hasta este punto, todo bien. Guste o no, el video sigue siendo el rey, ¿pero qué tipo de video están transmitiendo los medios que originalmente no son audiovisuales? Esta discusión la había dado en otra columna refiriéndome a las producciones de los eventos culturales realizados en pandemia, y se puede poner en actualidad respecto al caso que nos ocupa. 

 

El audiovisual, como su nombre lo indica, es la sumatoria de dos lenguajes, el sonoro y el de la imagen en movimiento, cada uno con sus reglas —que como en las ciencias sociales pueden ser rotas sin consecuencias relevantes—, pero, que para efectos de lo que pretende un lenguaje cumplen con la función de facilitar la comprensión general de la audiencia. Es decir, salvo que se quiera lo contrario en un ejercicio experimental, lo que busca es que los espectadores conecten, disfruten y entiendan perfectamente el mensaje. 

 

La manera como se logra el objetivo antes expuesto es creando una estructura narrativa natural, partiendo de la pregunta ¿cómo vería esto yo si estuviera en ese lugar? Después, agregando valores adicionales que justifiquen el uso del medio, por ejemplo, los ojos no hacen zoom in —entendido como un acercamiento de la imagen a partir del movimiento interno de la óptica de la cámara— entonces un zoom para dar detalles de lo que sucede en el evento sería un adicional que atrae a la audiencia. En muchos casos para lograr esto se requiere una mínima estructura técnica audiovisual. —En un paralelo, un odontólogo necesita su instrumentación para trabajar—, pero, en algunos casos, la evolución de los medios ha llevado a reemplazar toda la infraestructura de producción: audio, video, transmisión; por un celular. Y bueno, es válido que se aprovechen los recursos de los que se dispone, pero entonces ayudaría mucho conocer y usar las alternativas que dan las aplicaciones que simulan equipos de producción en dispositivos móviles. Además, es clave el correcto uso narrativo del audiovisual. Volviendo a ¿cómo vería un espectador el evento? Seguramente —la gran mayoría de la audiencia—  no lo haría como una polilla revoloteando de manera errática, sin embargo, algunas de las plataformas transmitieron el desfile del 20 de julio justamente así. 

 

La diferencia entre un aficionado que quiere mostrar, desde su perspectiva, lo que está viviendo y un profesional de la comunicación, es que este último conoce los lenguajes, la narrativa del medio que usa y la importancia de respetar a la audiencia.

 

Zapping: María Jimena Duzán se prestó para lavarle la cara Sebastían Guanumen. Amplificó sus lágrimas de cocodrilo justificando la acción de correr la línea ética en la comunicación digital de Petro y a la periodista le pareció que estaba bien. Eso es relativismo informativo y es lo que, infortunadamente, nos espera.

 

Nos vemos en la red (0)

viernes, 15 de julio de 2022

La mano al bolsillo

 No se ha sentado aún la maestra Patricia Ariza en la silla de ministra de cultura y ya está planeando cómo meternos la mano al bolsillo. Muy a pesar de que el presidente electo Gustavo Petro afirmó en su campaña una y otra vez que los impuestos no serían para los menos favorecidos. Esto dijo, en campaña, en su cuenta de tuiter respondiéndole a Sergio Fajardo quien lo tildó de hacer populismo facilista: “Sergio, ¿no pensará usted subirle impuestos a una clase media ya derruida, o peor aun, a los pobres? 4.000 personas dejaron de pagar impuestos por 15 billones al estado desde el año pasado y podrían pagar 40 billones anuales adicionales en una propuesta de justicia tributaria… Son las personas más ricas de Colombia, y los impuestos que propongo subirles no son a su patrimonio productivo, sino a su patrimonio improductivo…” 

 

En junio, sobre el mismo tema, Petro le dijo a Semana “¿Dónde va a recaer el impuesto? No lo vamos a hacer para los asalariados, no lo vamos a hacer sobre los que comen y las que comen, es decir, sobre la población…” Intuiría uno que los que comen y las comen somos los que antes denominó “clase media derruida y los más pobres”. Al parecer, si la gestión de la futura mincultura surte efecto —creo que no lo hará— sumado a la carestía, cada vez comeremos menos, por cuenta de que seremos quienes pagaremos los globos que cada ministro se inventa. 

 

La desconexión de los ministros designados con las ideas de su líder es en varios campos, en parte porque se va cumpliendo, sin iniciar el gobierno, el vaticinio de otro de sus ministros designados, Alejandro Gaviria, quien dijo en una entrevista con Alejandro Riaño: “Yo le puedo describir como va a ser el gobierno de Petro… el primer año él nombra un buen gabinete de unidad nacional, no lo logra cohesionar, pasan seis u ochos meses y no pasa mucho, se le desbarata el gobierno y Petro empieza a tuitear como loco y básicamente es ese conflicto que crea de manera permanente. Y la agenda del país gira en torno al tuiter de Petro y no se hace nada

 

Patricia Ariza tiene criterio y por eso ha salido a proponer, pero creo que se ha apresurado, pretender gravar los planes de telefonía celular de más de $38.000 con un impuesto del 4% es literalmente meterle la mano al pantalón a “los que comen y las que comen”. Debería antes contarnos qué piensa hacer con los recursos asignados en el presupuesto general de la nación —este año fueron 492 mil millones de pesos—, cómo va a conseguir que le asignen más, sin clavarnos a los colombianos, y cómo va a priorizar los recursos. 

 

Vale la pena revisar la manera como se han invertido los dineros, que ya existen, provenientes de la telefonía móvil con destinación específica al patrimonio cultural. —Ese será tema de otra columna—.

 

Zapping: Para seguir con la cultura y los cortos circuitos ministeriales, ¿Qué pensará la maestra Patricia Ariza de este tuit que publicó el gran Cholo Valderrama, apropósito de los anuncios de la ministra designada Cecilia López? “Si se acaba el ganado, se acabarán los caballos, luego los llaneros, y el joropo; solo quedará el silencio omnipresente en la desaparición de una cultura. El llano: solo, rapio, triste…” El arte,sublime, defendiendo la cultura de los que dicen que la defienden.

 

Nos vemos en la red (0)

Foto



 

lunes, 4 de julio de 2022

Rating moneda de cambio

 Ibope ha sido históricamente el sistema de medición de audiencias en Colombia y en varios países del mundo. A través de las métricas, los canales de televisión, que son quienes pagan por la operación que permite obtener los datos del número o porcentaje de televidentes por programa, realizan las negociaciones con sus anunciantes. De manera simplificada el tema es así: En un producto televisivo con mayor rating vale más la pauta al aire, porque tiene más personas ‘viendo’ los anuncios.

 

El modelo descrito ha sido objeto de muchas críticas porque se enfoca en medir las audiencias que les interesan a los anunciantes, es decir, los televidentes que potencialmente pueden ser clientes de las marcas que pautan en los canales. Ibope ha sido moneda de cambio, ya que el punto-rating equivale a una cifra —muy elevada— por cada segundo de publicidad al aire. Así pues, la lucha por el rating es el día a día de los canales que buscan arañar un pedazo de la torta publicitaria, misma que se ha ido fragmentando ante la aparición de nuevos soportes de contenido como el internet o la televisión satelital.

 

Todo esto es noticia porque recientemente se ha publicado la existencia de un “nuevo” sistema de medición de audiencias en el que Claro en alianza con el Centro Nacional de Consultoría, vienen trabajando desde hace varios meses. Según los resultados de este nuevo sistema, la diferencia amplia de rating entre los canales nacionales privados, Caracol y Rcn, se podría haber reducido hasta ponerlos en un empate. Esto en términos de pauta comercial implicaría que cambiaría la intención de compra de comerciales de televisión.

 

En mi criterio no hay forma de comparar un sistema con el otro, Ibope trabaja considerando una muestra estadística segmentada etaria y socio-demográficamente de 2.400 decodificadores, que parece pequeña frente a los 130 mil de Claro, pero la diferencia es que la de Ibope considera todas las formas de transporte de señal, es decir, la televisión radiodifundida —qué aún consume un 18% de la población que ve televisión— la satelital, la cableada; además diferencia el tipo de televidente que está conectado;  mientras, la muestra de Claro mide solo a sus suscriptores de manera general, que corresponden al 40% de usuarios de televisión por cable. De esta manera se podría afirmar que a pesar de que los usuarios medidos son más, no están estudiadas todas las tipologías de televidentes. ¿Qué tanto impacta esto en los resultados finales? Deberá ser un estudio científico el que lo determine.

 

Una cosa si es cierta, ninguno de los dos sistemas considera a la población rural profunda que no tiene acceso a televisión por cable y no está incluida en la muestra Ibope, en esa audiencia se encuentran, por obligación o por gusto, los televidentes de la televisión pública nacional y regional. Conocer a los usuarios de los medios públicos, en territorios no medidos, es una deuda pretérita que debe ser saldada para tomar decisiones de programación para los ciudadanos y no para los consumidores.

 

Zapping: Sebastián Guanumen, el asesor de la campaña digital no oficial de Gustavo Petro, quien manifestó que la línea moral se podía correr un poco, forma parte del equipo de empalme de comunicaciones. ¿Habrá bodegas en la comunicación del nuevo gobierno?, ¿se transgredirán las líneas morales para aplaudir al gobernante o para perseguir opositores? Ese personaje no es garantía ética.

 

Nos vemos en la red (0)

Descargue Carmesí en Pdf