miércoles, 6 de marzo de 2030
sábado, 14 de septiembre de 2024
Liminalidad
Esta semana en teatro Azul se lleva a cabo la versión 23 del
Festival Internacional de artes Armenia en donde, por primera vez, se da espacio a las artes visuales para que convivan con las artes escénicas. En esta maravillosa convergencia de áreas artísticas, tengo el honor de exponer una serie de fotografías dimensionadas que desarrollan el concepto de liminalidad.
El término liminal proviene del latín limen, que significa "umbral", y se refiere a esos espacios o momentos de transición entre dos estados, donde las reglas o estructuras habituales se suspenden. Los espacios liminales son lugares de incertidumbre, de paso, donde lo conocido se disuelve y cualquier cosa es posible. En el arte, estos espacios pueden convertirse en escenarios de profunda exploración creativa, y en la serie "Dimensiones" invito a adentrarnos en algunos de ellos que he coleccionado conforme los encuentro en el camino.
"Dimensiones", como se llama la exposición, explora estos umbrales entre la realidad y la imaginación, la vida y la muerte, lo tangible y lo efímero. Conformada por 10 imágenes montadas como fotografías dimensionales, la serie abre un portal hacia lo liminal, un lugar donde nuestra percepción de la realidad se ve constantemente cuestionada. Los espacios vacíos, los reflejos en las superficies y las capas visuales crean atmósferas que invitan a la reflexión: ¿Qué es lo que realmente vemos? ¿Qué queda oculto tras las sombras?
La serie se conecta con las propuestas de Victor Turner, quien extendió el concepto de liminalidad más allá de sus usos tradicionales, argumentando que estos espacios de transición son ricos en potencialidad creativa. Para Turner, la liminalidad es un momento de suspensión de lo habitual, donde las normas y los límites se desvanecen, dando paso a nuevas formas de ver y entender el mundo. En "Dimensiones," esta liminalidad se presenta visualmente, capturando la esencia de estos momentos de transformación y exploración.
Cada imagen nos introduce a un espacio en el que la luz y el contraste generan una sensación de misterio y ambigüedad. Los claroscuros, los vacíos y las capas superpuestas de la técnica fotográfica dimensional evocan la sensación de estar ante algo indefinido, un umbral que no se puede atravesar completamente sin antes detenerse a observar.
En este contexto, la técnica de fotografía dimensional no solo añade profundidad física a las imágenes, sino que también invita al espectador a una reflexión más profunda sobre la naturaleza de la realidad. Las capas físicas se convierten en una metáfora de las capas de la experiencia humana: cada una revela algo más, algo que está más allá de la superficie. Aquí, las imágenes funcionan como umbrales, portales hacia dimensiones que nos obligan a reconsiderar nuestra relación con lo que vemos y experimentamos.
Los espacios vacíos abren la puerta a la posibilidad de presencias inadvertidas o transiciones que están ocurriendo de manera sutil. Al recorrer la serie, el espectador se enfrenta no solo a las imágenes, sino también a sí mismo, reflejado en las superficies de vidrio y atrapado entre las dimensiones de las fotografías.
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domingo, 8 de septiembre de 2024
Iluminando mentes
El Renacimiento fue un momento decisivo para el arte y la humanidad, marcando el resurgir de la creatividad y el pensamiento crítico eclipsados durante siglos. Este período no solo revitalizó las artes visuales con una nueva atención al detalle, la perspectiva y la representación realista del cuerpo humano, sino que también posicionó al ser humano en el centro del universo, fusionando la ciencia, la filosofía y el arte en un esfuerzo por entender y celebrar la experiencia humana.
Ad portas de la vigésima tercera edición del Festival Internacional de Artes Armenia (FIAA), creado y organizado por Teatro Azul, una frase de su director, Leonardo Echeverry, me hizo reflexionar sobre la relación del Renacimiento con este evento cultural. La premisa del festival, “El arte ilumina tu mente, ¡vive el Festival!”, resuena con el espíritu del Renacimiento, que valoraba el arte como una luz que guía la comprensión humana. Leo explica que “requerimos mentes iluminadas en este territorio; estas transitan mejor la vida, disfrutan más y permiten valorar lo vivo.” De manera similar, el Renacimiento rescató y revitalizó el legado clásico para iluminar la mente humana y reflejar la complejidad de la condición humana. Así, el festival no solo continúa esta tarea, sino que también ofrece a los participantes una oportunidad para experimentar y celebrar el arte como un medio para el crecimiento personal y comunitario.
El arte, como patrimonio vivo representado en las obras de los artistas que conformarán el cartel de la edición 2024 del FIAA, no solo refleja la historia, sino que también actúa como una luz que guía la mente y el espíritu del ser humano. A través de sus sueños, esperanzas y deseos, el arte ilumina a los espectadores y les ofrece una fuente de inspiración y reflexión.En este contexto, el Renacimiento representó un momento clave en la historia de la humanidad que permitió redefinir la comprensión del mundo y de nosotros, así mismo, el Festival en su apertura al público, es un momento clave para Armenia, porque ilumina a quienes lo visitan y permite el renacer de la consciencia artística, estética y emotiva de nuestra sociedad.
El Renacimiento fue más que un simple renacer de las artes y las ciencias; fue una era en la que se rescató y revitalizó el legado clásico, infundiéndolo con una nueva vida y relevancia. Los artistas y pensadores de este período vieron en el arte una herramienta poderosa para iluminar la mente humana, para revelar la complejidad de la condición humana y su conexión con el universo. Obras como las de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael no solo buscaban la perfección estética, sino también explorar y manifestar los ideales del equilibrio, la proporción y la armonía, reflejando la creencia de que el hombre era un microcosmos del cosmos mismo.
El arte es patrimonio vivo por su capacidad de inspirar, no solo como una ventana al pasado, sino, como un espejo que nos invita a reflexionar sobre nuestra humanidad y nuestra constante búsqueda de conocimiento y verdad.
En un mundo donde la tecnología y la información dominan, el arte es una fuente de luz, una llama que mantiene viva la curiosidad, la creatividad y el deseo de entendernos a nosotros mismos y a nuestro entorno. Por eso, espacios como el Festival Internacional de Artes Armenia son valiosos por su capacidad de iluminar mentes.
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Influencers y Ética Periodística
Los influencers han emergido como nuevos actores en la configuración de la opinión pública, y cómo no, también en los temas políticos. Con millones de seguidores, estos ‘líderes de opinión’ pretenden desplazar a los medios tradicionales como fuentes de información de amplios sectores de la población. Sin embargo, su penetración en la esfera política plantea serias cuestiones éticas: ¿Cómo maneja un influencer su responsabilidad cuando promueve ideologías o fomenta el fanatismo político? ¿Deberían estar sujetos a regulaciones similares a las de los medios convencionales?
A diferencia de los periodistas, que han de operar bajo códigos éticos, aprendidos en la universidad, y están sujetos a la contrastación de la información; los influencers suelen difundir opiniones políticas y contenidos ideológicos sin la misma rigurosidad. Esta falta de responsabilidad es especialmente preocupante en un contexto como el colombiano, donde la polarización política está enraizada y donde las plataformas digitales amplifican, sin control alguno, mensajes extremistas.
Un ejemplo reciente es el papel de los influencers en la estrategia de ataque y defensa del gobierno frente a los múltiples escándalos nacionales. Lo que antes era motivo de rechazo para los indignados opinadores digitales, ahora pasa inadvertido, es justificado o minimizado. No prima el criterio de noticiabilidad enseñado en el aula, porque no pasaron por una, sino la necesidad imperiosa de desprestigiar, cual jauría hambrienta, al que opina diferente.
Estos influencers autodenominados la voz del pueblo o defensores de la verdad, aprovechan su alcance para promover agendas políticas e ideologías sin someter sus afirmaciones a un escrutinio crítico y lo que es peor, muchos de ellos, en la actualidad, están pagos con el erario; así, mientras presentan informes de actividades en las instituciones gubernamentales, en sus cuentas de redes sociales se expresan como si fueran ciudadanos comunes. Esto no solo distorsiona la percepción pública, sino que también alimenta el fanatismo y la división social, convirtiendo el debate político en una batalla de emociones, más que de ideas fundamentadas.
En el periodismo profesional, la independencia editorial es un principio fundamental que propende por evitar que los intereses económicos o políticos influyan en la información. De esta manera, la credibilidad es el principal activo de los periodistas profesionales. Sin embargo, en un entorno altamente polarizado, los influencers suelen ganar seguidores precisamente por reafirmar las creencias preexistentes de su audiencia, en lugar de desafiarles con información imparcial. Esto refuerza el sesgo de confirmación y contribuye a la creación de burbujas informativas donde la verdad se vuelve secundaria frente a la ideología.
Los medios tradicionales, criticados por sectores a los que no les gusta su papel escrutador, están sujetos a regulación estatal y control posterior. Además, a la línea editorial del medio, al control de los cuadros de mando y de sus pares, eso sin contar con un alto grado de autocontrol, que en momentos puede rayar en la autocensura. Esto no pasa con los influencers que, por congraciarse con su líder, no se sonrojan con las mentiras, verdades a medias o exageraciones que esputan cual metralla.
No invito a la censura, invito a la cordura y la formación de audiencias.
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