Este miércoles 21 de septiembre el columnista de este diario, Jhon Elvis Vera se me adelantó en el tema central de esta columna, los “Diálogos regionales vinculantes” en el Quindío. Para bien de la democracia y la opinión pública, planteó un punto de vista respetable y bien argumentado, permítanme ahora dar mi opinión y presentar la otra cara.
Lo nuevo de este ejercicio de escucha ciudadana, lanzado pomposamente por Petro diciendo: “desde hoy, ustedes tienen la palabra”, es el concepto de “vinculantes”, lo que quiere decir que lo que se escriba en esas reuniones con la ciudadanía, debería ser de obligatoria inclusión en el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
Primero habrá que decir que la palabra del pueblo no debería ser autorizada por el mandatario. —Mandatario viene de quien recibió el mandato, y los mandantes somos los ciudadanos, luego la palabra la debemos tener siempre— no en vano la voz del pueblo tumbó una reforma tributaria. Esos mismos, ahora, son invitados por el ministro Prada a marchar a favor de una reforma mucho más drástica.
Volviendo a los diálogos regionales, este no es un invento del gobierno del cambio. No forma parte de la refundación de la patria ‘Petroriana’, es una metodología ampliamente implementada en la que, como bien lo explicó Jhon Elvis, se eligen —en este caso, mediante una acción subjetiva de convocar a unos y sacar a otros— unas poblaciones para que aporten sobre lo que les gustaría que se incluyera en el PND. Allí está el punto. Al ser vinculantes hay que tener control del ejercicio de participación y la izquierda en el Quindío está fracturada, luego no hay garantía de armonía.
Somos solo electores, pero no mandantes. A este bello territorio vienen políticos a colonizar y a acaparar votos, después, se van con las urnas llenas y se olvidan de nosotros.
Gustavo Petro obtuvo 113.537 votos en el Quindío, sin embargo, esos ciudadanos no fueron tenidos en cuenta para participar en los diálogos, no somos importantes para el gobierno del cambio, no tenemos nada que aportar, así como no tenemos representación en altos cargos nacionales. Para hacer honor a la verdad tampoco los tuvimos en el pasado gobierno.
Un grupo de políticos, haciendo alarde de su importancia, se fue a mendigar que nos incluyeran en la foto de los diálogos, pero, dice Jhon Elvis, más bien se nos invitó a Pereira.
Así nos hubieran metido a última hora, ya estamos ninguniados, o nadiesiados. Si toca pedirlo es que desde el principio no nos querían allí.
Finaliza Jhon Elvis su columna diciendo: “No podemos caer en la discusión bizantina y chauvinista de por qué no se realiza en x o y localidad”. Debo discrepar, el chauvinismo es la creencia de superioridad de un grupo y nosotros ‘no somos nadies’ para el gobierno de Petro. Eso sí, hace 56 años somos un territorio independiente, una cosa es unirse para gestionar —verbigracia la RAP— y otra que nos citen a Pereira porque se rogó que nos escucharan, ¿hasta que la dignidad se haga costumbre? ¡Así no es!
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