Tal como quedamos en la columna anterior, vamos a presentar títulos que, a la fecha, se pueden ver en Netflix, pero que no suelen ser de los que el algoritmo recomiende. Para esto recurrí a mi hijo Martín que tiene un selecto y afinado gusto ojo cinéfilo.
La primera película de la lista es un clásico: Monty Python y El Santo Grial una comedia “histórica” que narra la búsqueda de Arturo y sus caballeros de la mesa redonda por encontrar la preciada reliquia. La comedia ácida y de doble sentido que caracteriza al grupo Monty Python es ya suficiente para generar un atractivo, pero si a esto le sumamos el aterrizaje casi pictórico de la contemporaneidad (de 1975 cabe aclarar)
en el pasado medieval, nos encontramos con situaciones absurdas que se ven finamente guiadas por la mano del director Terry Gilliam (12 monos y
Brasil). Y es que a pesar del contraste dramático entre esta película y el resto de su filmografía posterior, este largometraje se ve fuertemente influenciado por esa plasticidad bizarra propia del director. Una comedia divertida cuyos chistes tanto narrativos como visuales han influenciado a una cantidad casi innombrable de películas póstumas.
Cambiemos bruscamente de género y pasemos al thriller. Sicario de Denis Villeneuve (Blade Runner 2049 y la última adaptación de Dune) es al igual que Monty Python, no precisamente una película desconocida. Ambas son consideradas obras de culto que, a pesar de todo, no cuentan con la fama ante el público que en realidad merecen, y sobre todo se pierden ante la infinidad de títulos que Netflix ofrece cuando nuestro algoritmo no nos comprende del todo. Sicario es la historia de una agente del FBI que es enlistada en una operación para acabar con un cartel de droga mexicano. Aunque la trama parezca simple, hay dos cosas que la hacen resaltar por encima de otras similares. La primera es su ritmo y temple: Sicario no es una película que menosprecie la imagen y la paciencia, al contrario, la acción se convierte casi en terror, pues la cámara le juega al tiempo real para amplificar el dramatismo de cada situación. El peligro de cada escena se puede sentir porque el espectador está ahí, justo en la acción. El director Denis Villeneuve tiene un estilo visual estético que lo caracteriza, sus imágenes suelen ser bellas y reposadas, tanto en cintas como Noir
o Blade Runner, como en dramas de ciencia ficción como Arrival este estilo narrativo le funciona de maravilla, pero en un thriller como es el caso de sicario, cada fragmento del guion se amplifica en un 200%. Y aquí es que entra el segundo punto. Los personajes de Sicario son seres grises que se mezclan en un limbo ambiguo del bien y del mal. El sentimiento de venganza e impotencia son los móviles que humanizan y a la vez alejan a estas personas de caer en el estereotipo de buenos y malos. La atmosfera de Sicario es comparable a la de un libro de Corman McCarthy, y es que siempre hay un mal acechando, siempre hay algo que nos aleja de la bondad.
Finalmente, el director Harmony Korine (Kids, Gummo)tiene en el catálogo de Netflix Spring Breakers: la historia de 4 adolescentes dispuestas a hacer lo que sea con tal de reunir dinero suficiente para emprender un viaje. La perspectiva es la misma que en la filmografía anterior del director, y es que el contexto y la atmósfera resaltan más que los mismos
Conflictos, pues parece que, para poder sobrevivir, o al menos para poder conseguir lo que uno quiere, hay que llegar al extremo de la codicia y la visceralidad. Spring Breakers es una película que juega al límite, que muestra Estados Unidos como un infierno neon dónde las luces oscurecen más de lo que iluminan. Una película que sabemos, no van a olvidar.
Feliz 2024 con muchas imágenes en movimiento y Nos vemos en la red (0)