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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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lunes, 30 de octubre de 2023

Videopolítica de cierre III

 Durante las últimas dos columnas hemos estado analizando la videopolítica de los candidatos a la alcaldía de Armenia, que tuvieron más de 5 puntos porcentuales en la encuesta del Centro Nacional de Consultoría y que fue publicada por CM& el 9 de octubre. La metodología fue explicada en la primera publicación. 

 

La videopolítica se ha desarrollado desde la televisión convencional hasta las plataformas digitales, en las que las piezas audiovisuales son ahora el soporte más utilizado. Así pues, esta tiene impacto en una amplia audiencia, no importa la plataforma o canal por donde se movilice la señal.

 

Conforme a las investigaciones que he realizado, he planteado que la pieza digital de videopolítica es un concepto, pero también se configura como un producto audiovisual, susceptible de ser compartido, puesto que es, en sí misma, una obra audiovisual. Con esto en mente, revisemos la pieza de videopolítica que estaba de primera en el Facebook de Álvaro Arias Velásquez al momento de escribir esta columna. 

 

La pieza se enmarca en lo que Benoit denomina acciones políticas, es decir, el candidato en la tarea de promover su campaña. En este caso en recinto cerrado, en frente de una amplia audiencia. Allí, se aprecia a Álvaro Arias en plano americano y angulación de perfil, hablando en tono emotivo. La función del discurso es aclamativa, inicialmente utiliza una estrategia clásica de la política que consiste en mostrarse ganador. Esto da confianza a la audiencia y llama a la adhesión. En política se le conoce como Bandwagon o el carro ganador. 

 

El candidato modula su voz y afirma que va a ganar, la audiencia aplaude y la cámara lo muestra. Esto apela a la emoción, al igual que los argumentos esgrimidos posteriormente, donde asegura que mostrará resultados de manera inmediata y llama a no vender el voto. Finaliza haciendo un llamado a la acción involucrando a la audiencia para hacerla partícipe de la campaña. El video cierra con la gráfica de cómo votar, sin sonido que la acompañe.

 

Desde la perspectiva audiovisual, la pieza de videopolítica analizada se corresponde con la tipología de reportaje, conforme a lo descrito por Devlin en sus definiciones del spot político. Esto debido a que presenta hechos reales y actuales. No hay mayor exploración audiovisual, la cámara es un testigo, un observador que reporta lo que sucede desde una mirada objetiva, es decir, desde el punto de vista de un tercero. El valor de esta pieza de videopolítica consiste en la actitud del candidato frente a sus seguidores y la reacción positiva de estos.

 

Este análisis, acotado a una pieza por candidato, permitió evidenciar que hay diferentes exploraciones discursivas en cada uno de los aspirantes a la alcandía y sobre todo identificar el valor que las campañas otorgan a las piezas audiovisuales.

 

Zapping: La Fundación para la libertad de prensa ha hecho un llamado de atención frente al decreto 1702 de 2023 del MinInterior donde se regula el acceso a los medios de comunicación en la jornada electoral, entre otras arbitrariedades. La Flip, indica que las medidas no son compatibles con “los parámetros constitucionales sobre la libertad de expresión y afecta el derecho a informar y a ser informado sobre las elecciones.” El decreto es restrictivo y autoritario y sienta un manto de duda respecto al actuar del actual gobierno. Petro está cumpliendo el manual del dictador al pie de la letra.

 

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Videopolítica de cierre II

 En la columna anterior se analizó una de las piezas de videopolítica del Candidato James Padilla. Hoy, con la misma metodología, continuaré con los candidatos que le sieguen en orden descendente en la encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) allí referenciada. Las piezas que se analizaran corresponden al audiovisual más reciente que aparezca en la página de Facebook de cada candidato al momento de escribir esta columna.

 

En la encuesta del CNC, José Ignacio Rojas, con el 11 por ciento, fue el segundo candidato con mayor intención de voto. Revisada su página de Facebook, la pieza de videopolítica encontrada, encabezando todas las publicaciones, corresponde a la tipología: busto parlante, de validadores. En esta aparece Jorge Enrique Robledo, en un plano medio frontal, con un fondo de naturaleza, después, un cambio a plano americano. El mensaje corresponde a la validación de un político de reconocimiento nacional manifestando su apoyo al candidato e invitando a la ciudadanía a votar por este. Sin más argumento que la afirmación de lo que lo hará muy bien. Acto seguido incluye promoción de sus candidatos a las listas de concejo y asamblea. La pieza, que consta de 2 escenas y 3 planos, está sonorizada de manera prolija y prudente con una cortinilla de intención que encaja en la tipología épica.  

 

La pieza de videopolítica finaliza con un gráfico animado que hace pedagogía de cómo votar por el candidato Rojas. Esta última no tiene acompañamiento sonoro. En general, es un audiovisual sobrio que se enfoca en demostrar que el candidato cuenta con reconocimiento de figuras destacadas. Esto se condice con otras piezas similares que están disponibles en su página. La tipología discursiva encaja en la función aclamativa, donde los candidatos enfatizan en sus logros o virtudes. La interacción de la pieza es baja, en las 18 horas que registra de estar al aire, tiene 25 reacciones y 18 compartidos.

 

Le sigue, en el orden estricto de los resultados de la encuesta del CNC, Stefany Gómez Murillo, quien tiene 6 por ciento de intención de voto. 

 

La pieza, que se analizó encabeza su muro de Facebook y lleva allí 16 horas al momento de la revisión, es un video vertical, lo que encaja más en la estructura de reels, historias o plataformas como Tiktok, pero que funciona bien en los dispositivos móviles. Es un video que corresponde a la función de ataque. Es frontal, directo, con nombres propios de su contendor y su círculo político y presenta argumentos que se enfocan en la forma de hacer política. El plano es también frontal con una angulación ligeramente picada,lo que la hace ver valiente, enfrentado a quien está por sobre ella; esto ,sumado a su tono y actitud altiva, carga el discurso de sentido y se complementa perfectamente. Debo decir que no considero que la elección del plano sea intencional, es más bien un asunto de ocasión respecto a la forma de tomar el celular, en un plano interpelativo a la cámara (que es Padilla en ese momento). Pero, le cayó como anillo al dedo.

 

Todo el discurso está hilado para mostrarse como beligerante y contrastar los argumentos del contendor que lidera las encuestas. El inicio del video es provocador y muy efectivo desde la perspectiva retorica emocional. Audiovisualmente, no es más que una selfi con un fondo urbano, pero esa pieza no necesita nada más.

 

Este video alcanzó en 16 horas 274 reacciones, 50 comentarios y ha sido compartido 84 veces.

 

En la próxima columna analizaremos la videopolítica de Álvaro Arias Velázquez. 

 

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Videopolítica de cierre

 Una de las formas más eficientes de comunicación en campaña es la videopolítica, esa que Sartori relievara por la primacía de la imagen, pero que también desdeñara por la misma razón, decía: “la televisión está produciendo una permutación, una metamorfosis, que revierte la naturaleza misma del homo sapiens, la televisión no es solo un instrumento de comunicación; es también, a la vez, paideia, un instrumento antropogenético, un médium que genera un nuevo ánthropos, un nuevo tipo de ser humano”.

 

Las plataformas digitales son el nuevo soporte de la imagen en movimiento y, por analogía, ese nuevo instrumento antropogenético está haciendo lo suyo en estas campañas. 

 

Vamos a darle una mirada a los candidatos a la alcaldía de Armenia, para definir cómo están haciendo su videopolítica. Para fines metodológicos analizaré el último video publicado en la red social Facebook de los candidatos que figuran con más del 5% de intención de voto en la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC). 

 

Como un tema al margen, hay que decir que la referida encuesta lo que demuestra es que los cuyabros no están conformes con los candidatos. El que ganaría con la proyección presentada por el CNC, alcanza apenas una cuarta parte de la intención de voto. Una cifra que demuestra la baja representatividad si llegara a ganar, más si se considera que es el candidato del continuismo, luego, buena parte de esos electores corresponden a lo que se conoce como voto duro.

 

El video más reciente del candidato James Padilla García, llevaba 6 horas de publicado al momento de la visualización y presentó 29 reacciones, 1 comentario y 5 compartidos. Una interacción baja para ser el candidato que puntea en las encuestas. 

 

La pieza corresponde a un reel y la base musical es un jingle. Lo primero que llama la atención es el género musical elegido, que no tiene ninguna representatividad identitaria con la ciudad. La base sonora corresponde a un ritmo bailable que se asocia al merengue-rap, la letra es genérica y apropia la promesa de campaña de manera repetitiva y la relaciona fundamentalmente con elementos emocionales. Hace énfasis en la pertenencia del candidato a la ciudad, eso seguramente para marcar contraste con candidatos que tienen arraigo en otros municipios del Quindío. 

 

Es una pieza básica en imágenes, que lo muestran en contacto con ciudadanos de una plaza de mercado, las imágenes corresponden a planos de reportería, sin intención narrativa ni propuesta estética. A pesar de que se evidencia la intención de relacionarlo con la ciudadanía hay preponderancia de planos en angulación de espalda y de perfil, además son distantes y fríos. Se puede decir que la cara del candidato apenas si se puede ver en un par de planos; cuando no es que la composición vertical no permite incluir a los ciudadanos y al candidato, es que la edición usa desenfoques o el personaje va con la cabeza gacha.  

 

La pieza hace uso de varios elementos gráficos superpuestos, enfatizando la pedagogía sobre cómo votar, al final sobre una fotografía del candidato, seguida de una animación de la casilla del tarjetón, una voz en off, que deja mucho que desear respecto a intención, remarca el mensaje de invitar al voto. 

 

La pieza desde la perspectiva del discurso se centra en mostrar al candidato en relación con la comunidad, en lo que Benoit denomina función aclamativa, es decir mostrándose como un líder, pero sin propuestas programáticas evidentes en la pieza comunicativa.

 

Dentro de ocho días seguimos con los otros candidatos.

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Debates electorales

 Estamos en la recta final de las campañas políticas para llegar a las alcaldías y gobernación, en esta etapa los debates y foros pululan, en mi criterio, como maleza que crece entre frutos. Muchas corporaciones y agremiaciones lanzan invitaciones para comprometer a los candidatos con los temas de su interés, en una suerte de chantaje que pone a los políticos entre la espada y la pared y los lleva a hacer lo que ya muchos bien saben: ¡mentir! Solo basta con mirar las promesas de los actuales gobernantes en los pactos ciudadanos por las artes y la cultura y compararlos con sus ejecutorias para ver que en buena medida son un saludo a la bandera.

 

Los que sí tienen más sentido son los debates, que no tibios foros, en medios masivos y digitales de amplio cubrimiento e importantes niveles de audiencia. Estos sí que tienen la función de permitirle a la ciudadanía en general y no a los sectores particulares, conocer las propuestas y, de alguna manera, los comportamientos de los aspirantes a los cargos de elección popular. 

 

Cuando los medios masivos eran los únicos canales que permitían alcanzar a una parte importante de la población, los debates mediáticos tuvieron un alto impacto en la elección, famoso es el debate Nixon-Kennedy en 1960, al que ya nos hemos referido en esta columna, porque fue definitorio en la elección, pero eran otros tiempos donde la mejor manera de cubrir el territorio era con el nuevo medio televisivo. Ahora la cosa es a otro precio, las plataformas digitales permiten llegar de manera directa a segmentos específicos de la audiencia y el mensaje puede ser pertinaz y pertinente.

 

Así las cosas, el valor de los debates en televisión, por referirnos a un medio en particular, en la actualidad está en el contraste, lo que permite comparar de manera directa la respuesta de cada uno de los candidatos frente a temas coyunturales, además de medir el talante y capacidad de comunicación de los aspirantes. 

 

Sobre la premisa anterior, la inasistencia a los debates mediáticos de amplia difusión es una afrenta a la democracia, en la medida en que privan a la audiencia, cada vez más crítica, de la posibilidad de confrontar las ideas. Los spin doctors, esos asesores políticos que marcan la estrategia en una campaña, suelen ser los responsables de que los candidatos no pongan la cara. 

 

¿Por qué no se atreven a debatir? Es común que el que va punteando en las encuestas no se quiera arriesgar a dar un paso en falso, una palabra mal elegida, en un momento de ‘calentura’ puede costar una elección, aunque eso lo que demuestra es falta de preparación y autocontrol del que deja la silla vacía. También se niegan a dar la cara los que tienen pecados que esconder, pusilánimes y alienados, que dependen de fuerzas superiores, para ellos no es el debate, los argumentos o las propuestas. Suelen ser candidatos con campañas prepagas que tienen los votos contados y para los que un debate representa más una pérdida que una oportunidad de comunicar. Por lo general son las campañas de las maquinarias.

 

En una época en la que la política se ha convertido en un espectáculo, es fundamental recordar que los debates electorales son más que eso. Son un espacio para la deliberación, la confrontación de ideas y la rendición de cuentas. Son una herramienta esencial para fortalecer la democracia y garantizar que los ciudadanos tomen decisiones informadas en las urnas.

 

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