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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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viernes, 26 de agosto de 2022

Pacto interruptus

 Durante su campaña para llegar a la presidencia de la república, Gustavo Petro prometió un “pacto por la cultura, arte y deporte” en su documento programático se puede leer: “Se fortalecerá la red pública de canales y medios regionales para la producción y difusión de contenidos culturales de alta calidad, enfatizando en las radios públicas y comunitarias. Apoyaremos a los artistas en creación de contenidos para las plataformas digitales como estrategia para la dinamización de la creatividad, impulsando sectores estratégicos como la industria cinematográfica nacional, promoviendo el empleo cultural y los procesos de afirmación identitaria.”

 

Suena bonito. Sacar adelante estas propuestas corresponde a las carteras de Cultura y Tic. Así que miremos en qué andan: 

 

La ministra de cultura hasta ahora ha manifestado un gran interés por cambiar el nombre del ministerio, ya no se llamará MinCultura sino Micasa: Ministerio de las culturas, las artes y los saberes. Muy creativo (!), pero, hasta ahora, la ministra no ha sido nada vehemente respecto a la reforma tributaria y lo concerniente a la eliminación de los estímulos en la producción de libros o para la creación cinematográfica, industria que estaba de manera explícita en la propuesta de Petro presidente. Patricia Ariza se ha dedicado, —casi como activista— al “tejido social” y a la “Paz total” en prospectiva, más no a defender, en tiempo presente, el oxímoron que representa impulsar “sectores estratégicos” como la industria cinematográfica a punta de quitarle lo que ya se había conseguido a fuerza de gestión en otros gobiernos. Por fortuna el senador Gustavo Bolívar se ha puesto la camiseta y ha peleado el asunto escuchando y amplificando el clamor de productoras como Ana Piñeres y un grupo importante de artistas que, valga decir, le hicieron campaña a Francia y Petro. 

 

Respecto al MinTic, al momento de escribir esta columna, 17 días después de la posesión del presidente Petro. No hay ministra nombrada. En cambio sí, toda una telenovela llena de intrigas, politiquería y pulso de poder entre las fuerzas progresistas y otros interesados. Después de días de dilatar el nombramiento de Mery Gutiérrez y pedir nueva terna al partido de la U, —hágame el favor—; ayer se conoció que definitivamente no va por los múltiples cuestionamientos y posibles conflictos, además de la mala imagen que le transfiere a Petro. Aunque en el libro de la historia queda registrado que hizo lo que más pudo por nombrarla. Ahora la terna se baraja de nuevo, esperemos que consideren nombres que han sonado como el de y Alexandra Falla y Diana Celis. Sin embargo, la promesa de fortalecer los canales y la producción de contenidos, hasta ahora, no tiene doliente. En la misma línea no se ha nombrado, ni siquiera se ha hecho un guiño, gerente de RTVC, entidad encargada de los medios públicos nacionales. Allí esperemos que no llegue, como lo sugirió la revista Semana, Hollman Morris, expareja sentimental de la fallida designada MinTic y quien tiene una visión retrógrada y activista de la televisión pública, sin contar con los múltiples procesos e investigaciones que surtieron en su contra cuando estuvo al frente de Canal Capital.

 

Es cierto que apenas está comenzando el gobierno y se le abona a Petro la voluntad de corregir, pero, el hecho de que aparezcan contradicciones como las de la reforma tributaria contra las industrias culturales dejan la idea de que hay un pacto interruptus y que el equipo no está sintonizado.

 

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Tapas


 

El colegio y el Arte II.

 En la ‘clase’ pasada nos quedamos en que el MinEducación quiere articular la educación básica y secundaria con las artes. Y recordamos que, durante el gobierno del Padre Carlos Eduardo Osorio, bajo la secretaría de Cultura de James Gonzáles, se creó un proyecto denominado primaria y bachillerato artístico, con resultados que fueron validados por la comunidad educativa y los entornos familiares y sociales de los estudiantes.

 

La importancia de la formación en artes para estos jóvenes es que permite desarrollar el componente emocional en la medida en que los estudiantes se expresan de diferentes maneras a través del canto, el baile, la interpretación de instrumentos musicales y la actuación. La formación en artes fomenta la disciplina y la constancia y genera buenos hábitos, esto se refleja en mejores resultados en su desempeño en otras materias académicas y una actitud positiva del estudiante frente a la vida, El objetivo de un programa como este, es educar con el arte y para el arte, así, se logran desarrollar en los niños otras fortalezas como: imaginación,disciplina,integración y creación.

 

Como resultado del primer año de trabajo, según un informe de la gobernación 2016-2019, los directivos de las Instituciones Educativas beneficiadas afirman que  la población infantil incorporada a la Primaria Artística mostró cambios significativos consistentes en: mayor compromiso en cuanto a la asistencia a las clases, mejor comportamiento social, respeto, disciplina, orden, capacidad de memorizar y de seguir instrucciones, ejecutar acciones en equipo y mejoría en su rendimiento académico, pero como si fuera poco, los grupos de estudiantes-artistas desarrollaron numerosas presentaciones para diferentes públicos, desde sus compañeros, pasando por sus padres y acudientes hasta presentaciones en escenarios de gran envergadura como el Centro Cultural Metropolitano de Convenciones del Quindío. Fueron más de cien presentaciones que llegaron a un número muy importante de espectadores, a esto se le podría denominar un cambio de vida a través del arte.

 

Parte de la estrategia pedagógica, que permitió los resultados descritos, fue incorporar las materias de artes a las mallas curriculares de las Instituciones Educativas  y programar las clases de tal manera que no quedaran aisladas de las materias académicas —matemáticas, sociales, literatura, etc.—, sino, que se cursaran de manera intercalada para generar la certeza en estudiantes y cuerpo docente de que  estas materias son tan importantes como las demás, también el programa buscó incrementar el número de horas dedicadas a las artes, hasta el 2016 se asignaban dos horas semanales a estas actividades, en 2018 los estudiantes tuvieron una intensidad de diez horas a la semana distribuidas en, por lo menos, dos áreas artísticas de las tres posibles: música, danza y teatro. Esto, además, llevó a destinar más y mejores espacios y dotación. Un indicador revelador del cambio positivo de llevar la cultura a la educación formal en el Quindío fue el incremento sustancial en la contratación y nombramiento de artistas para la enseñanza, previo a la Primaria Artística, en diez años, la Gobernación del Quindío contrató tres profesores de artes, mientras que desde 2017, cuando iniciaron las clases de artes con mayor intensidad horaria, se vincularon veinte docentes, todos maestros en artes o artistas consagrados en cada una de sus áreas.

 

¿Qué pasó con el programa en el Quindío? La falta de visión y el revanchismo del primer secretario de cultura del presente gobierno, ‘cariado’ por un “sector” mezquino, no le permitió comprender lo que esto representa como semillero de artistas, pero, sobre todo, de seres humanos.

 

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miércoles, 17 de agosto de 2022

El colegio y el Arte I.

 Siempre se ha dicho que el arte es un vehículo de canalización de energía positiva y la herramienta más efectiva para alejar a los jóvenes de los vicios y los malos comportamientos, pero a pesar del amplio conocimiento que hay del tema, en Colombia son contados los programas de primaria y bachillerato que se enfocan en entregar educación formal en artes. Uno de los pocos, ejemplo y modelo nacional, está en el Quindío, se trata de Fundanza.

 

El ministro de educación, Alejandro Gaviria, manifestó esta semana la intensión de trabajar en asocio con el sector cultura “para tener una jornada extendida donde la cultura , las artes, la música, hagan parte de la educación.” Esa idea se me hace conocida. 

 

El exgobernador Padre Carlos Eduardo Osorio, desde el inicio de su mandato y por los cuatro años de gobierno, puso al frente de la Secretaría de Cultura a un artista y gestor quien, por su conocimiento y experiencia en el tema, sacó adelante un ambicioso programa de formación en artes en las instituciones educativas públicas del departamento. Desde el primer semestre del 2016, James Gonzáles Mata inició la estructuración del programa Primaria Artística, estableciendo los parámetros que deberían determinar la operación de un proyecto que, hoy, se puede calificar como exitoso.

 

El diagnóstico inicial arrojó como resultado que el 93% de los estudiantes de primaria de las Instituciones Educativas del Quindío, no recibían educación en las áreas artísticas de manera formal, por cuenta de que la legislación, ley 115 de 1994, deja en libertad a los rectores para que determinen la intensidad horaria y la manera como se incorporarán las artes a las mallas curriculares. Para cambiar esto, James Gonzáles consiguió realizar un trabajo articulado de manera transversal con las secretarías de cultura, educación e infraestructura. Inicialmente, el reto para el secretario de cultura consistió en encontrar rectores aliados que estuvieran de acuerdo con modificar sus Planes Educativos Institucionales y permitieran aumentar la cantidad de horas asignadas a las artes, convirtiéndolas en asignaturas principales y no en lo que popularmente se conoce como ‘costuras’. Se socializó la idea a los rectores, en busca de encontrar un colegio piloto, pero fue tal la acogida que en 2017 inició el programa en: Buenavista, Calarcá, Circasia, Montenegro, La Tebaida y Quimbaya; lo que constituye el 50% de los municipios del Quindío, cada uno con, por lo menos, una Institución Educativa, pasando de cero colegios a doce en 2017; en 2018 se incorporaron tres más, lo que representó un crecimiento del 25%. 

 

El Panorama de la educación pública en el Quindío, en el gobierno del Padre Carlos Eduardo, mostró un importante aumento en cuanto a la dedicación de los estudiantes a las actividades que contribuyeron a su progreso académico, en ese sentido se pasó de cero alumnos matriculados en jornada única en el departamento en el año 2015 a 17,542 a junio de 2018 distribuidos en 47 Instituciones Educativas, y de estas, 10 ofrecieron, como parte de la formación en jornada única, clases en áreas artísticas.

 

El programa Primaria Artística en 2017 se enfocó en las instituciones educativas ubicadas en los barrios más vulnerables de los municipios del departamento del Quindío en grados 3ro ,4to y 5to de primaria; en 2018, como fruto del proceso de avance escolar, se dio inicio al Bachillerato Artístico, superando los 1800 estudiantes distribuidos en 60 grupos. Se trató de un programa que sacó sonrisas a estudiantes, padres de familia, profesores y sobre todo, a la comunidad que disfrutó de los resultados creativos y de mejores seres humanos.      

 

En la próxima columna veremos el impacto de la educación artística en los estudiantes de colegio, razón por la que es muy pertinente la propuesta del ministro Gaviria, quien debería escuchar a un experto, como James Gonzales Mata, quien ya sabe cómo se implementa el proyecto.    

 

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lunes, 8 de agosto de 2022

Industria Audiovisual en Alerta

Líderes de las grandes casas productoras de la industria audiovisual en Colombia han lanzado una alerta por el anuncio de la eliminación de la economía naranja, y con ella los incentivos CINA, en el gobierno de Gustavo Petro.

 

Ana Piñeres, productora y ejecutiva de CMO producciones, indicó en su cuenta de tuiter: “Al retirar dichos incentivos estaríamos perdiendo espacio y renunciando a una posición ganada a pulso en una industria que se mueve mundialmente y donde Colombia ya puso su sello creativo y competitivo.” La productora hizo un llamado al presidente electo para debatir el tema.

 

Lo que ha sucedido con la producción audiovisual en Colombia es el fruto de 20 años de lucha continua de líderes: productores, directores, actores, etc. Que han hecho un trabajo de política audiovisual para impulsar leyes y regulaciones que atraigan inversores y motiven a creadores a lanzarse a producir.

 

Hacer una película era una quijotada hace 25 años, casas y herencias familiares quedaron en el camino de la producción cinematográfica y muchas de las obras no alcanzaron a ver la luz. Sin embargo, con la promulgación de la ley de cine, que permite emitir certificados tributarios deducibles a quienes apoyen la producción, debidamente reconocida; se inició un camino que, como dice Ana Piñeres, tiene a Colombia hoy en el foco de la producción audiovisual a nivel mundial. 

 

Solo para hacerse una idea, en lo que a cine respecta, en el 2000 se produjeron 3 películas en Colombia, mientras que en 2019 169. En total, entre 2000 y el 2020, se produjeron casi 500 películas nacionales. 

 

Si miramos la situación de la producción de series prime para grandes plataformas de streaming, el panorama también es alentador, son muchas las oficinas de empresas como Netflix o HBO que han abierto en nuestro país y que, incluso, se han convertido en la sede para Latinoamérica para la gestión de contenidos. ¿Por qué? Porque la política audiovisual ha brindado garantías tributarias que hacen atractivo el territorio como locación y como prestador de servicios de producción. Esto, en últimas, representa la dinamización de un mercado que tiene muchos profesionales pero pocos medios —canales, plataformas, etc.— para ejercer. Tanto talento en cámara como equipos creativos y de producción nacionales han sido beneficiarios de este crecimiento que se podría poner en riesgo si, de un plumazo, se eliminan los incentivos, por la visión politiquera de borrar todo lo que los antecesores hayan hecho.

 

Ante algunas voces de protesta, la ministra designada de cultura trinó: “No vamos a acabar las economías creativas. No vamos a acabar Cocrea. Lo que vamos a hacer es otorgarle a las culturas, a las artes y a los saberes el lugar que les corresponde en el ministerio. La cultura será multicolor!”.  Aunque la sentencia busca dar tranquilidad no toca directamente el núcleo del temor, en cambio, deja la inquietud de si el ministerio de cultura, desde su creación en 1997, no le ha dado “el lugar que les corresponde” a las artes, dentro de las que está el audiovisual. Otro arrebato de creacionismo mesiánico. Además, finaliza la discusión en un terreno fútil, de la economía naranja a la multicolor. Ya no tendremos ejemplos de cómo funciona la política cultural a partir de vasos de jugo de naranja y agua, sino de salpicón de frutas.

 

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