Descargue Carmesí

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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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jueves, 23 de abril de 2020

Retrato Padre Carlos Eduardo - Exgobernador del Quindío

Sin Espectador no hay espectáculo.

Muy preocupados andan los dirigentes del futbol por la inactividad que deriva directamente en las billeteras, re millonarias del negocio -eso es lo que es- deportivo. 

La oportunidad de retomar labores pasa por un proceso mediado y mediático que también ha sido una de sus fuentes de financiación, los derechos de transmisión de los partidos.

El espectador es el sentido del espectáculo y si no hay gente, ni en las tribunas ni en las pantallas, pues no hay plata y no hay gracia en la actuación.

¿Qué son marcadores fríos sin la visibilización del talento?, durante años los mezquinos dirigentes han cobrado a los medios por difundir su negocio, los noticieros no pueden mostrar ni los goles si no desembolsan y ni hablar de transmitir un partido de ligas mayores. 

Ahora, cuando la única opción a mediano plazo de continuar depende de las transmisiones de radio y televisión, están enfrascados en contratos, sesiones de derechos y valores. No han podido comprender que, sin poder abrir las puertas de los estadios, los espectadores están en los medios; que ellos -los aficionados- son el deber ser y les corresponde retribuir su fidelidad llevándoles los partidos de la manera más eficiente y asequible posible. 

Decía el presidente del Independiente Santa Fé que “la televisión tiene que meterse la mano al bolsillo… porque en otros países los dineros son superiores”, yo digo que ningún medio los difunda y si quieren estar al aire que lo hagan con sus propios recursos y comercialicen, a ver si es tan fácil y barato mantenerse vigentes en la mente de los espectadores. 

Guardadas las proporciones, por lo que representa el ritual en términos de polémica, corren el riesgo de menguar el espectáculo por falta de difusión -atribuida a la mezquindad- a la que llegó la tauromaquia donde era casi misión imposible entrar una cámara a la Plaza, un día un empresario de la Feria de Manizales me dijo: “Le sale más fácil pagar los derechos de un concierto de Shakira” y ahora penan por los aforos.



Zapping
Una respetuosa sugerencia a la directora de Corpocultura, es sano cuestionar, poner en duda, las recomendaciones de sus asesores externos y no dejarse presionar por el “sector” que dicen representar 4 personas. Queda el sabor de que parte de los cambios realizados a la convocatoria #Elartesigue benefician más al “sector” de las artes escénicas. 

La directora ha puesto la cara y habla con sinceridad -yo le creo- pero podrían estar mal informándola. En medio de una charla explicativa el pasado domingo, respondió a la pregunta de ¿por qué las artes escénicas tienen más presupuesto que otras áreas? argumentando, entre otras, que las creaciones de esta área implicaban el uso de “materiales y otro tipo de recursos” y que creían que fundamentalmente serían presentados proyectos colectivos. Parece que sus asesores no le contaron que para hacer un filminuto, que tiene asignado la mitad del presupuesto de lo que tienen teatro, danza y música, se requiere lo mismo, en términos creativos y de cantidad de artistas, y además equipo humano y técnico de producción y pos producción. Veremos cuales son los productos seleccionados de las artes escénicas, porque, hay mucho monologo contemporáneo rondando por ahí.

Mi definición ad hoc de Monologo contemporáneo: Una persona hablando en un espacio oscuro y reducido (sala desocupada de un apartamento) con una silla al lado, grabado con un celular con sonido ambiente en plano general con cambios de foco aleatorios e imagen contrastada con subexposición en unas zonas y sobreexposición en otras.

Hay más rollo…

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Cortando Alas

La Corporación Colombiana de Documentalistas, Alados, Consejos de Cine y un grupo de profesionales del sector audiovisual se manifestaron en contra de una convocatoria de Telecafé para  ‘crear  documentales desde casa’. 

Están en su derecho, pero, si bien algunas de sus consideraciones ameritan revisión por parte del canal, en el criterio de este columnista, un gran porcentaje de su reclamo es desatinado y corta las alas a la formalización de la industria audiovisual, las corta también, a los realizadores que consideraron la convocatoria como una alternativa para mantenerse activos en la producción en días en los que no pueden salir de sus lugares de aislamiento y el reclamo los puso a dudar; finalmente, corta las alas a la iniciativa del canal que busca facilitar el acceso a recursos básicos adaptándose a la situación. 

Seguro vendrán convocatorias más grandes y como dicen los realizadores en la misiva, allí sí, habrá que estar muy atentos a los términos de referencia.

Los indignados piden tiempo para la presentación de los proyectos, desconociendo que las mentes creativas tienen ideas de manera permanente y que el formato solicitado por el canal corresponde a un modelo básico y ampliamente conocido por los profesionales del sector; los que lo son lo saben. 

Si bien es cierto que el plazo fue corto, también lo es que, considerando las condiciones del proyecto, formular la idea no implicaba salir a investigar o pre producir. ¿No se les ha ocurrido nada, mirando alrededor, en el encierro? 

La convocatoria se trata de un laboratorio y en estos espacios se experimenta, se explora y se crea; esa denominación es un contrato entre el canal y el realizador para que ambas partes abran la mente a propuestas narrativas a partir de las historias que están justo en casa o al alcance de un clic y de propuestas de producción que se adapten a las condiciones técnicas con las que cuenta el realizador/investigador, que lejos deberían estar de los complejos equipos técnicos y humanos enunciados por la misiva de los ‘documentalistas’ porque que bajo las condiciones actuales no tendrían forma de operar a cabalidad.

Sí tienen razón los quejosos en que hay un grupo de profesionales que no cuentan con los documentos exigidos para presentarse y de esta forma se desaprovecha el talento. Lo pertinente, para incentivar la industria a través de la formalización, sería categorizar: asignando sin tanto requisito pequeños proyectos a personas naturales que puedan así, hacer experiencia y considerar formalizarse; y proyectos de mayor calado a empresas productoras con todos los requisitos que garanticen estabilidad. También aciertan en reclamar por la exigencia de música original en un ejercicio de tan bajo presupuesto.

Frecuentemente el sector cultural exige convocatorias, pero cuando estas salen, no les sirven. En esta oportunidad hay un cruce de encuadres -desde la óptica de Goffman-. Interpreto yo que: El canal pensó en un programa de televisión hecho con lo que hay en casa y los realizadores en un DOCUMENTAL con toda la complejidad del género.

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