En un mundo donde el periodismo enfrenta una transformación sin precedentes, el papel de la audiencia es relevante. Afirma Ana Isabel Rodríguez Vázquez (2024) que las audiencias ya no son meros receptores pasivos de información, sino actores estratégicos que impulsan la evolución de los medios. Este cambio de paradigma exige que los medios de comunicación pongan a las audiencias en el centro de su estrategia, un desafío tan estimulante como inevitable.
El artículo resalta que los medios digitales están adoptando el modelo de “audience-first” para adaptarse a las demandas de transparencia, credibilidad y contenido de calidad que exigen los usuarios actuales. Esta orientación es más que una moda; es una condición esencial para la sostenibilidad del periodismo en la era digital. En un entorno de creciente desconfianza y desinformación, la transparencia y la ética se han convertido en los pilares que pueden reconstruir la relación entre los medios y sus audiencias.
Sin embargo, el reto no es sencillo. La búsqueda de clics y la presión por obtener viralidad pueden desvirtuar la calidad informativa y la profundidad del contenido. Estos autores advierten sobre el riesgo de caer en una lógica de clics que priorice la popularidad por encima de la integridad periodística. Aquí es donde entra el concepto de engagement o compromiso de calidad: se trata de conectar emocional e intelectualmente con los usuarios, construyendo una relación sólida que valore tanto la información rigurosa como la participación activa de las audiencias.
Otro aspecto clave en este estudio es el impacto de las redes sociales en la configuración de estas nuevas dinámicas. Las plataformas sociales ofrecen a los medios oportunidades para experimentar con nuevos formatos y llegar así a públicos más jóvenes. Pero también presentan desafíos, como la lucha contra la desinformación y la necesidad de gestionar los datos de manera ética.
En el centro de este tipo de debate ha estado, por ejemplo, la revista Semana, que desde hace un par de años vieneaplicado el uso del clickbait, una estrategia que consiste en crear titulares sensacionalistas o inconclusos para captar la atención del usuario y hacer que haga clic en un enlace. Este enfoque suele exagerar o distorsionar la información, generando expectativas que rara vez se cumplen al leer el contenido completo. El clickbait, aunque puede aumentar temporalmente el tráfico, también puede perjudicar la credibilidad del medio y contribuir a la desinformación, ya que prioriza la atracción inmediata sobre la calidad o la precisión de la información presentada.
Si se pone en riesgo el más preciado de los valores del periodismo se abre la puerta para que prosperen estrategias de desprestigio a los medios como la filtrada por, precisamente, la revista Semana, donde Gustavo Bolívar confiesa que hay un plan sistemático para minar la credibilidad de los medios cuando afirma: “Todas estas campañas que se han hecho contra Caracol, RCN, Semana, pues han dado resultado”.
La prioridad, pues, es entender las expectativas y necesidades de las audiencias, ofreciendo un periodismo que no solo informe, sino que motive a un consumo crítico de los medios.
Nos vemos en la red (0).
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