En la ‘clase’ pasada nos quedamos en que el MinEducación quiere articular la educación básica y secundaria con las artes. Y recordamos que, durante el gobierno del Padre Carlos Eduardo Osorio, bajo la secretaría de Cultura de James Gonzáles, se creó un proyecto denominado primaria y bachillerato artístico, con resultados que fueron validados por la comunidad educativa y los entornos familiares y sociales de los estudiantes.
La importancia de la formación en artes para estos jóvenes es que permite desarrollar el componente emocional en la medida en que los estudiantes se expresan de diferentes maneras a través del canto, el baile, la interpretación de instrumentos musicales y la actuación. La formación en artes fomenta la disciplina y la constancia y genera buenos hábitos, esto se refleja en mejores resultados en su desempeño en otras materias académicas y una actitud positiva del estudiante frente a la vida, El objetivo de un programa como este, es educar con el arte y para el arte, así, se logran desarrollar en los niños otras fortalezas como: imaginación,disciplina,integración y creación.
Como resultado del primer año de trabajo, según un informe de la gobernación 2016-2019, los directivos de las Instituciones Educativas beneficiadas afirman que la población infantil incorporada a la Primaria Artística mostró cambios significativos consistentes en: mayor compromiso en cuanto a la asistencia a las clases, mejor comportamiento social, respeto, disciplina, orden, capacidad de memorizar y de seguir instrucciones, ejecutar acciones en equipo y mejoría en su rendimiento académico, pero como si fuera poco, los grupos de estudiantes-artistas desarrollaron numerosas presentaciones para diferentes públicos, desde sus compañeros, pasando por sus padres y acudientes hasta presentaciones en escenarios de gran envergadura como el Centro Cultural Metropolitano de Convenciones del Quindío. Fueron más de cien presentaciones que llegaron a un número muy importante de espectadores, a esto se le podría denominar un cambio de vida a través del arte.
Parte de la estrategia pedagógica, que permitió los resultados descritos, fue incorporar las materias de artes a las mallas curriculares de las Instituciones Educativas y programar las clases de tal manera que no quedaran aisladas de las materias académicas —matemáticas, sociales, literatura, etc.—, sino, que se cursaran de manera intercalada para generar la certeza en estudiantes y cuerpo docente de que estas materias son tan importantes como las demás, también el programa buscó incrementar el número de horas dedicadas a las artes, hasta el 2016 se asignaban dos horas semanales a estas actividades, en 2018 los estudiantes tuvieron una intensidad de diez horas a la semana distribuidas en, por lo menos, dos áreas artísticas de las tres posibles: música, danza y teatro. Esto, además, llevó a destinar más y mejores espacios y dotación. Un indicador revelador del cambio positivo de llevar la cultura a la educación formal en el Quindío fue el incremento sustancial en la contratación y nombramiento de artistas para la enseñanza, previo a la Primaria Artística, en diez años, la Gobernación del Quindío contrató tres profesores de artes, mientras que desde 2017, cuando iniciaron las clases de artes con mayor intensidad horaria, se vincularon veinte docentes, todos maestros en artes o artistas consagrados en cada una de sus áreas.
¿Qué pasó con el programa en el Quindío? La falta de visión y el revanchismo del primer secretario de cultura del presente gobierno, ‘cariado’ por un “sector” mezquino, no le permitió comprender lo que esto representa como semillero de artistas, pero, sobre todo, de seres humanos.
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