La Obra del escritor Orlando Montoya (1947 – 2008) es una evidencia, irreverente y descarnada, del Quindío en el que él existió y un testimonio de las vidas de sus amigos y allegados, así lo deja entender el trabajo de grado de la licenciada María Angélica Carmona dedicado al intelectual y artista calarqueño,titulado Volúmenes de una Vida, Un acercamiento a la obra de Orlando Montoya (2016).
En publicaciones como: Vidas ajenas (1992), La maravillosa gente común (1995) y De momento la vida (2007) Montoya retrató la sociedad quindiana, sin adornos y como lo expresa Carmona “ahondando en problemáticas de tipo social, político y económico, desde las esferas más humildes, a través de la palabra sencilla, construyendo a forma de collage la historia de la región”.
Esas historias son la materia prima de la serie de ficción, homónima, La Maravillosa Gente Común, que está al aire por estos días en el Canal regional Telecafé. (ver promoción) con la adaptación de libretos para televisión de Arleth Castillo (Amor de Carnaval,Niche, Rafael Orozco) y la producción de un equipo de realización del eje cafetero encabezado por dos egresadas uniquidianas: la productora Érika Carvajal y la directora Ximena Salas, dupla que en 2019 realizó Corazón Violeta inspirada en la vida de la poeta Carmelina Soto (Piloto Corazón Violeta) y que se ha esforzado por crear contenidos de valor cultural y de recuperación de memoria de la región.
En la serie, que pone al aire 12 cuentos seleccionados de Orlando Montoya, se aprecia el escenario del Quindío como telón de fondo y está narrada con un lenguaje audiovisual concreto y efectivo, es decir sin artificios efectistas más bien con propuestas visuales sinceras y realistas, lo que interpreta de manera justa la narrativa de Montoya, es de destacar el casting y la banda sonora que también logra ambientar el eje cafetero de los ochentas.
La Maravillosa Gente Común forma parte de un paquete amplio de buenas piezas audiovisuales hechas por pequeñas y medianas productoras de provincia que, debido a la política pública promovida por la Autoridad Nacional de Televisión en la que se asignó presupuesto de manera privilegiada a las historias de ficción, protagonizaron un auge de los contenidos dramáticos en la televisión pública; lo digo en pasado porque el presente es incierto.
El insipiente ecosistema local de producción en el que conviven realizadores,técnicos, talento y prestadores de servicios logísticos, solo por mencionar algunos de los actores del mismo, corre el riesgo de vivir la ruptura de una burbuja de la producción de ficción por cuenta de los cambios promovidos en la ley 1978 mejor conocida como ley Tic, es poco lo que la industria de la producción audiovisual regional sabe sobre lo que será el acceso a los recursos para la realización de producción de mediana envergadura y por lo tanto reina la incertidumbre y se pone en peligro la continuidad de proyectos de buena factura e interés público.
Seguiremos a la expectativa de los movimientos, naturales por estos estos días de inicio de gobiernos, que dejen ver hacia donde va el rumbo de la industria audiovisual regional, esperemos que prime la calidad sobre el amiguismo y que la burbuja se consolide en ecosistema.
@jorgeurrea en tuiter.
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