Asaltada, ultrajada, vilipendiada permanece la buena fe.
En 1987 el gran director y guionista santandereano Mario Ribero llevó a la pantalla de los cines colombianos una película que se convertiría en una suerte de metonimia para denominar a los embusteros: El embajador de la india, ícono del cine nacional que puso en escena la historia real de un engaño en Neiva por parte del seminarista Jaime Ortiz, quien, en medio de una confusión, aprovechó y se hizo pasar por embajador del país asiático, así logró vivir a sus anchas durante unos cuantos días antes de ser descubierto.
Esta semana se conoce el caso de otro engaño vergonzoso en el país, Andrés Gutiérrez logró burlarse de las autoridades colombianas en todas las instancias, posó en fotos con importantes dirigentes y participó de reuniones de ‘alta alcurnia’, bastó con su palabra y cartas con logotipos de la UNO para que nadie se preguntara si ese joven de labia fácil decía la verdad o no. Así es la buena fe.
Al mejor estilo narrativo de meme de redes sociales podríamos preguntarnos: ¿Y en el Quindío como andamos de buena fe? Somos tan creyentes que elección tras elección damos crédito a los pergaminos y promesas de los candidatos, olvidando sus antecedentes y amigos, cediendo a campañas mediáticas que se caen de su peso en tan solo unos meses, comprando humo y después lamentado el hecho. Una cosa es la buena fe y otra la torpeza.
Zapping: A propósito de la ‘campaña’ yo apoyo que fue denominada como un cheque en blanco a favor del secretario de cultura; en algunos artistas se notó el malestar porque esté fue cobrado usando el video, al parecer, en una reunión con el Gobernador como una señal incondicional de los artistas al mencionado funcionario. Una cuestión espinosa, por lo visto todos, no son todos; así se puede apreciar en afirmaciones como esta: “Que paso con el YO APOYO. Acaso fui parte de una campaña para alguien quede bien y yo sigo acá esperando la gestión del gobierno deptal?”.
Al secretario se le ha escuchado en diferentes escenarios, como por ejemplo la Asamblea Departamental, hablar de la gestión de proyectos a nivel nacional e internacional que no podrían ser de menos de 2 mil millones de pesos, sin embargo, no se conoce resultado alguno más allá de la convocatoria para recibir donaciones para los artistas y cultures, que no fue bien recibida por parte del sector al considerarla inferior a las responsabilidades de la cartera; esto llevó al secretario de cultura a declinar la iniciativa. También se le escucha frecuentemente al señor Espinosa, amplificado por sus asesores externos de cabecera, presentar las decisiones del Min Cultura como fruto de su gestión, es decir que el secretario es el embajador de la cultura. —Por aquello de que representa la gestión del ministerio en el Quindío— Por ahora, se presume la buena fe.
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