Hoy cumple 70 años la televisión en Colombia, un hito que invita a reflexionar sobre su impacto en la cultura y la sociedad. Ningún género es más representativito que el melodrama dentro de la programación de la Tv en nuestro país. La telenovela, como dijo Martín-Barbero, es nuestro producto de exportación nacional. A través de las décadas, las telenovelas se han convertido no solo en un reflejo de la realidad colombiana, sino en embajadoras de nuestra cultura llevando nuestras historias a rincones insospechados del mundo.
Jesús Martín-Barbero, nuestro recordado teórico de la comunicación nos dejó, apropósito, justo hace 3 años, el 12 de junio de 2021 y fue uno de los más lúcidos analistas de este fenómeno. En su obra, Martín-Barbero subraya que la telenovela es mucho más que un simple entretenimiento; es un vehículo que transporta y transforma la cultura popular, un espejo en el que se miran las esperanzas, los conflictos y las aspiraciones de la sociedad.
Además, sostiene que la telenovela en Colombia ha sido un instrumento poderoso de construcción de identidad nacional. A través de sus tramas, personajes y escenarios, ha logrado conectar a las audiencias con sus raíces y, al mismo tiempo, proyectar una imagen de Colombia al exterior.
La historia de la televisión colombiana está intrínsecamente ligada a la evolución de la telenovela. Desde sus inicios en 1954 con el teleteatro y posteriormente con la telenovela llamada El 0597 está ocupado (1959) donde actuaron Raquel Ercole, Rebeca López, Roberto Reyes y Álvaro Ruiz entre otros, pasando por experimentos narrativos como Leche (1996), primera novela interactiva nacional, o mundos distópicos como La Dama del Pantano (1998)hasta grandes éxitos en pantalla como Café (1994), Pedro el escamoso (2001) o Yo soy Betty la fea (1999), la telenovela ha evolucionado junto con la sociedad colombiana.
La telenovela ha desempeñado un papel protagónico en la mediatización de la vida social,política y cultural en Colombia. Ha abordado temas controversiales, ha denunciado injusticias pero, sobre todo ha mostrado la idiosincrasia nacional. Obras como: Gallito Ramírez (1986) Azúcar (1989),La casa de las dos palmas (1990) La Potra Zaina (1993) Escalona (1991),solo por mencionar algunas, llevaron a la pantalla chica los modos de ser de la cultura costeña, valluna, antioqueña, y llanera. A través de sus narrativas, la telenovela ha influido en la opinión pública y ha sido un espejo crítico de la realidad nacional. Así, la telenovela no solo ofrece una escapatoria de la realidad diaria, sino que se entrelaza con esta, influyendo en las percepciones y emociones de las audiencias. Las tramas melodramáticas, cargadas de emociones intensas y conflictos familiares o laborales, resuenan profundamente en la audiencia colombiana que las encuentra como un reflejo de su propia realidad o como un referente por lo que luchar.
Hoy, recordamos a Martín-Barbero y su legado y celebramos 70 años de la televisión en Colombia. Como he dicho en otras columnas: ¡Larga vida a la televisión!
Nos vemos en la red (0).
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